A nivel mundial se manifiestan estas vulnerabilidades que no son más, que la predisposición a los daños por eventos socioambientales, sociopolíticos, socioeconómicos y desde el 2019 de salud en particular.  Los seres humanos y la naturaleza en general manifiestan la baja de sus capacidades de defensa, tanto a nivel de país, como a nivel global, la pregunta que todos se hacen a diario es: ¿Cómo se reducen estos riesgos?  

Los riesgos son tantos y tan complejos que o los prevenimos o los enfrentamos. En Guatemala, desde marzo del 2019, aparece oficialmente el COVID, por lo que se dictan una serie de medidas que aparentemente, solo tenían que ver con la salud, pero a medida que el tiempo pasa y que como todos los años, la mayoría de la población es indiferente a los eventos socioambientales, socioeconómicos y sociopolíticos, como: la contaminación de los cuerpos de agua, incendios forestales, inundaciones, deslaves, hambre, pérdidas humanas, migración, pérdida de toneladas de suelo, bosques, fauna,  flora, pérdida del empleo, mal manejo de los residuos en general (basura),   la seguridad, pérdida de  valores éticos, violencia intrafamiliar, violencia contra la mujer y la niña.

Pero Guatemala está comprometida con los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible, que pondrán fin a la pobreza, al hambre, lograr la seguridad alimentaria, la disponibilidad del agua, pero ante todo hará énfasis en el objetivo 15, pues se hacen esfuerzos para proteger, restaurar y promover la utilización sostenible de los ecosistemas, que frenará la pérdida de la diversidad biológica.