
“La biodiversidad en América Latina, de la misma forma que está afectada, puede ayudar a la solución porque existen ecosistemas que ofrecen servicios”, le dice a BBC Mundo Marcelo Kork, jefe de la Unidad de Cambio Climático y Determinantes Ambientales de la Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Se refiere a que dichos ecosistemas “pueden ser utilizados como sumideros de emisiones de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero”.
Ese es precisamente uno de los objetivos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) con las llamadas reservas de biósfera. Se trata de territorios representativos de los diferentes hábitats del planeta, que abarcan tanto ecosistemas terrestres como marítimos y que fueron seleccionados por su interés científico. Hay más de 700 en todo el mundo, 132 de ellas en América Latina.
“Las reservas de biósfera son territorios donde se buscan formas de desarrollo sostenible, conservación y producción de conocimientos indígenas y locales para poder vivir en armonía con la naturaleza”, le explica a BBC Mundo Serena Heckler, directora de los programas de mitigación del cambio climático para América Latina y el Caribe de la Unesco.
El organismo sigue ampliando su Red Mundial de Reservas. En septiembre, el Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB), de cuya coordinación en América Latina se encarga Heckler, aprobó la incorporación de 20 nuevos sitios.
En total, cubren más del 5% de toda la superficie terrestre. En América Latina se encuentran repartidos en 22 países.
•México es el país de la región que encabeza la lista, con 42 reservas nacionales que abarcan más de 62 millones de hectáreas.
•El segundo país latinoamericano con más reservas es Argentina con 15.
•En Chile fueron adheridas más de cinco millones de hectáreas en 2019 y cuenta con un total de 10.
•En Ecuador hay 7
•En Cuba hay 6; en Colombia y Perú, 5; en Costa Rica y Honduras 4. Otras 7 se encuentran repartidas en Brasil.
•Completan la lista Bolivia con 3, El Salvador 3, Guatemala 3, Nicaragua 3, Paraguay 3, Haití 2, Panamá 2, Uruguay 2, Venezuela 2 y República Dominicana 1.
Cada reserva busca combinar tres funciones interconectadas: conservación, desarrollo y apoyo logístico. En la búsqueda activa de soluciones y alternativas técnicas para problemas ambientales globales, como el cambio climático.
Por ejemplo, los manglares, además de absorber dióxido de carbono son el amortiguamiento perfecto contra huracanes y tormentas tropicales, destaca el organismo.