Generalmente nos cuesta imaginar qué tan grande es el Universo. Por más que nos digan que es inmenso hay un límite en nuestra capacidad de abstracción que no nos permite visualizarlo. Déjenme contarles esto.  Una vez que fuimos invitados a una boda al aire libre, en lo que mi esposa lloraba de emoción al ver a su amiga casarse, mi vista divagó hacia un campo cercano. Era enorme, verde totalmente, con la grama muy bien cuidada.  Me fijé que había un hormiguero que estaba casi en medio y rompía la uniformidad del campo. Era toda una población de hormigas. 

“Si estas hormigas tuvieran telescopios,” pensé, “observarían que todo a su alrededor es verde.” posiblemente dirían, “hemos observado el universo y todo lo que vemos es verde”.

En sus libros de texto que dirían “Hacia donde quiera que apuntemos los telescopios, encontramos que el Universo es verde y filamentoso. Sin embargo, los últimos descubrimientos científicos afirman que si se apunta perpendicularmente al plano de nuestra galaxia, detectamos una radiación de fondo que corresponde al color azul, blanco, gris y a veces cambia a negro. Nadie sabe la razón de esto, pero hay evidencia soportada por cientos de observaciones de que así es. Los científicos siguen investigando y proponiendo teorías que expliquen este fenómeno” .

Y así sucesivamente, continuarían las hormigas, pensando que el universo es plano, sin saber que lo que para ellas es una inmensidad, es solo un pedacito en un cuerpo más grande de forma esférica, que es la Tierra. Una que otra hormiga genial habría predicho que a mayor escala el universo se curva, pero esto solo sería una teoría, ya que las hormigas no tendrían la tecnología para probarlo con un experimento.

Y así continuarían en grandes debates, inconscientes de la boda que se estaba realizando en aquellos momentos, inconscientes de que viven en un campo sobre un planeta de un sistema solar y sin sospechar que existen millones de estrellas y galaxias allá afuera. ¿Suena familiar? Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia…