Ambiente/Salud

Áreas protegidas en riesgo: desechos sólidos amenazan la biodiversidad y la salud humana en Guatemala

El CONAP alerta sobre el impacto del mal manejo de residuos en los ecosistemas naturales y llama a repensar el uso del plástico en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente.

Las áreas protegidas de Guatemala —fuente vital de agua, biodiversidad y vida silvestre— enfrentan hoy una amenaza creciente: la acumulación de desechos sólidos. En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) advirtió que esta problemática no solo afecta a la fauna y la flora, sino también a la salud humana, el turismo sostenible y la economía local.

El mal manejo de residuos dentro de reservas naturales degrada los paisajes, afecta las fuentes de agua y pone en riesgo los servicios ecosistémicos que millones de personas dependen para sobrevivir. Además, fomenta la proliferación de microorganismos y sustancias tóxicas que alteran la salud de los ecosistemas y de las comunidades cercanas.

Uno de los puntos críticos señalados por CONAP es el vertido de desechos plásticos en ríos, lagos y arroyos, que contamina el agua potable y promueve el crecimiento descontrolado de algas, reduciendo el oxígeno en el agua y amenazando la vida acuática. En la época seca, el problema se agrava, ya que los cauces de los ríos disminuyen y dejan al descubierto playas de basura altamente contaminantes.

El llamado se hace en el contexto del Reglamento para la Gestión Integral de los Residuos y Desechos Sólidos Comunes, establecido por el Acuerdo Gubernativo No. 164-2021, que busca reducir la contaminación y preservar los ecosistemas. El CONAP respalda este reglamento y destaca su importancia para asegurar la conservación del patrimonio natural del país, como lo establece el artículo 64 de la Constitución Política de la República.

Según datos de Naciones Unidas, cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo, de las cuales solo el 10% se recicla. Se estima que 11 millones de toneladas de plásticos terminan en cuerpos de agua cada año, impactando gravemente a la biodiversidad. Los microplásticos, incluso, ya invaden el agua, el aire y los alimentos, con estudios que revelan que cada persona podría ingerir más de 50,000 partículas al año.

“El tiempo se acaba y la naturaleza está en emergencia”, alerta CONAP. La entidad insta a toda la población a transformar su relación con el plástico: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y, sobre todo, repensar su uso.

En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el mensaje es claro: proteger los recursos naturales no es una opción, es una necesidad urgente. El futuro del planeta —y de las próximas generaciones— depende de las decisiones que tomemos hoy.

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