
Es el título de una película patrocinada por la agencia de la ONU para el desarrollo en la que un dinosaurio pone de manifiesto ante el mundo la contradicción de subsidiar los mismos combustibles fósiles que nos están llevando al borde de nuestra extinción. La versión española cuenta con la voz de la actriz mexicana Eiza González.
Para sensibilizar sobre este problema, esta agencia de la ONU ha lanzado un video protagonizado por un dinosaurio que, desde el podio de la Asamblea General, insta a los líderes mundiales a abandonar las subvenciones a los combustibles fósiles y a “no elegir la extinción”.
Por cada dólar comprometido en la lucha contra la crisis climática se gastan cuatro dólares en subvenciones a los combustibles fósiles, según una nueva investigación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
El estudio añade que estos subsidios anulan los avances significativos para acabar con el cambio climático e impulsan la desigualdad en beneficio a las personas cona más recursos.
Según las investigaciones disponibles en la página web de la campaña (dontchooexictinction.com) anualmente se gastan 423.000 millones de dólares anuales en subvencionar los combustibles fósiles destinados a los consumidores: el petróleo, la electricidad generada por la quema de otros combustibles fósiles, el gas y el carbón.
Esta cantidad es cuatro veces superior a la que se pide para ayudar a los países pobres a hacer frente a la crisis climática y podría cubrir el coste de todas las vacunas contra la COVID-19 para cada persona en el mundo, o pagar tres veces la cantidad anual necesaria para erradicar la pobreza extrema mundial.
En cambio, el análisis del Programa destaca que estos fondos, que pagan todos los contribuyentes, acaban profundizando la desigualdad e impidiendo la acción sobre el cambio climático.
El informe indica que el principal contribuyente a la emergencia climática es el sector energético, que representa el 73% de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre.