
Alex Guera Geo-céntrico
El ser humano empezó a alterar el medio natural hace milenios pero los daños a escala global se han hecho evidentes sólo en el último siglo. De hecho, se reconoció que había efectos negativos sobre el medio ambiente hasta la segunda parte del siglo XX, lo cual se reflejó en la declaración de la Conferencia de Estocolmo, celebrada en 1972.
Si bien existe una creciente conciencia ambiental en el mundo, la degradación de los recursos naturales continúa. Dos razones subyacentes son el crecimiento poblacional acelerado y, sobre todo, el aumento en el consumo que se observa en todos los países. Se han encontrado soluciones para diversos problemas ambientales con una combinación de acciones individuales y colectivas en algunos países. El primer paso, en todo caso, es comprender la problemática de forma integral.
Hay distintas acciones individuales para tener un menor impacto sobre el ambiente. En mi opinión, la más importante es evitar el desperdicio: de comida, de energía, de agua, de papel y de tantos recursos que utilizamos a diario. Para algunos países se ha estimado que se desperdicia el 30% de la comida. No sólo hay impacto al utilizar recursos para producir el alimento sino éste se convierte en un desecho. Otra acción es el consumo responsable como la compra de muebles de madera proveniente de bosques certificados y no de madera ilegal. Asimismo, quiero resaltar la importancia de contribuir como ciudadanos a pagar por actividades que disminuyen el impacto ambiental como el pagar tarifas por el servicio de agua domiciliar que incluyan el tratamiento de las aguas servidas.
Las acciones colectivas incluyen aquellas relacionadas a la gobernabilidad que procure un impacto mínimo sobre el ambiente. Las leyes son vitales, pero no pueden por sí solas resolver los problemas. Se necesita también de la institucionalidad adecuada y el financiamiento para realmente abordar los problemas. Por ejemplo, en Guatemala se encuentra vigente un acuerdo gubernativo (236-2006) relacionado al tratamiento de aguas residuales. Por sí sólo no ha resuelto el problema de la contaminación de nuestras fuentes de agua. Se necesita el seguimiento de la autoridad responsable, la concientización y orientación de las autoridades municipales y de las empresas para cumplir con la normativa, así como mecanismos financieros para facilitar las inversiones necesarias.
Si queremos realmente cuidar nuestro planeta, más allá de señalar culpables, debemos participar en la búsqueda de soluciones y apoyar su implementación, actuando como ciudadanos responsables y conscientes.