
Por: Justa de Monney
Garantizar la no violencia contra las mujeres depende de nosotras mismas. Si no conocemos nuestros derechos fundamentales, si permitimos abusos verbales, sexuales, físicos, psicológicos y económicos, y no los denunciamos, los abusos continuarán y la violencia se incrementa.
La violencia contra las mujeres no es solo un problema individual, sino un problema social que requiere un cambio de mentalidad y acción colectiva. Las mujeres no deben sentirse culpables o avergonzadas por la violencia que sufren. La culpa es de los agresores, no de las víctimas.
La educación y la conciencia son clave para romper el ciclo de la violencia. Debemos enseñar a nuestras hijas e hijos que la violencia no es aceptable y que todos merecemos ser tratados con respeto y dignidad. No hay excusa para la violencia. No es culpa de la víctima, es culpa del agresor.
¡No más silencio! ¡No más violencia! Es hora de que las mujeres se unan y exijan sus derechos. ¡No permitamos que la violencia siga destruyendo vidas! ¡Denunciemos la violencia y apoyemos a las víctimas!
La violencia hacia las mujeres, se afianza encubierta por el AMOR. La víctima, cree que el o los agresores la cuidan, la controlan, la vigilan y la mayoría de veces las mujeres se sienten culpables de casi todo lo negativo que pasa en su entorno.
Hoy, 25 de noviembre digamos NO a todo indicio de violencia, NO permitamos normalizarla¡¡¡