La aseguradora impulsa acciones concretas contra el cambio climático y destaca el papel de Centroamérica en la conservación ambiental.

En una firme apuesta por la sostenibilidad, MAPFRE ha logrado compensar cerca del 80% de su huella operativa de carbono generada en 2024, equivalente a 52,866 toneladas de CO₂, gracias a proyectos ambientales que promueven la reforestación, la agricultura regenerativa y la protección de ecosistemas en riesgo.

Este esfuerzo global, que supera en 15 puntos el objetivo inicial planteado para el año, refleja el compromiso del grupo por avanzar hacia una economía baja en emisiones. La compañía ha implementado medidas concretas como la reducción de viajes corporativos, el uso de energía renovable y la conversión de su flota vehicular a modelos híbridos o eléctricos.

En Centroamérica —una región especialmente vulnerable al cambio climático— estos avances cobran especial relevancia. En Guatemala, donde el 40% del territorio aún está cubierto por bosques, la pérdida anual de más de 18 mil hectáreas es una alarma ambiental que requiere la colaboración activa del sector empresarial.

Los proyectos de compensación de MAPFRE se desarrollan en 10 países, incluyendo México, Perú, Brasil y Puerto Rico. Entre ellos destacan las iniciativas para evitar la deforestación, restaurar prácticas agrícolas sostenibles y mejorar la gestión forestal, contribuyendo no solo a reducir emisiones sino también a generar beneficios económicos para las comunidades locales.

“Los bosques tropicales, como la Selva Maya que compartimos con México y Belice, son vitales para el equilibrio climático del planeta. Apostar por su protección es apostar por la vida”, enfatizó la compañía en su estrategia de compensación de GEI basada en soluciones naturales.

MAPFRE Guatemala forma parte activa de esta visión global y reafirma su compromiso con la sostenibilidad como un eje clave de su modelo de negocio, a través de acciones que combinan responsabilidad ambiental, impacto social y liderazgo corporativo.