
Muchos cometas se ven verdes. Algunos completamente verdes desde la cabeza hasta la cola. Como diría Miguel Angel Asturias, verdes, verdes, verdes. Hay otros con la cabeza verde y otros con la cabeza blanca y la cola verde. Pero el verde está frecuentemente en los cometas.

¿Cuál es la explicación?
De acuerdo a Nery Sandoval Martínez, experto observador y astro fotógrafo guatemalteco, el color se lo da el cianógeno y el carbono diatómico. El cianógeno es un compuesto químico que se deriva del cianuro. Esto implica que los cometas contienen cianuro. ¿Y qué es el cianuro?
Aparte de saber que es un potente veneno, el cianuro es una molécula formada por un átomo de carbono y un átomo de nitrógeno, unida por un enlace triple. En el sector industrial, el cianuro se utiliza para producir papel, pinturas, textiles y plásticos.
Está presente en las sustancias químicas que se utilizan para revelar fotografías. Las sales de cianuro son utilizadas en la metalurgia para galvanización, limpieza de metales y la recuperación del oro del resto de material eliminado.
El gas de cianuro se utiliza para exterminar plagas (ratas, ratones, lauchas, zarigüeyas etc.) e insectos en barcos, edificios y demás lugares que lo necesiten.
La minería utiliza para hidrometalurgia. Lo utilizan en una solución de baja concentración con agua para extraer y recuperar metales como el oro y la plata mediante el proceso llamado lixiviación. La industria farmacéutica también lo utiliza, como en algunos medicamentos para combatir el cáncer y para la hipertensión arterial.

El cianógeno.
Es un compuesto químico que se deriva del cianuro. El cianógeno a temperatura ambiente, es un gas incoloro con un olor agrio. Su punto de fusión es −27.9 °C y su punto de ebullición es −20.1 °C. Su densidad es aproximadamente dos veces la del aire a la misma presión y temperatura.
La mayoría de los cianuros son muy tóxicos. En otras palabras es un veneno. Fue sintetizado por primera vez en 1782 por Carl Scheel cuando estaba estudiando el cianuro de hidrógeno. Fue definitivamente sintetizado en el año 1802, cuando fue usado para hacer lo que ahora se conoce como cianuro de cloro.
Se debe manejar con sumo cuidado porque causa un perjuicio inmediato al entrar en contacto con los ojos o vías respiratorias. Los síntomas ante la exposición pueden incluir somnolencia, secreción nasal, dolor de garganta, tos, confusión, náuseas, vómito, edema, pérdida de conocimiento, convulsiones, parálisis, y muerte.
En caso de envenenamiento con esta sustancia es necesario realizar un tratamiento específico; así como disponer de los medios adecuados junto las instrucciones respectivas. La alerta por el olor es insuficiente.
Este gas no es ningún juguete, por eso preocuparon tanto los habitantes del mundo en 1910, cuando los astrónomos calcularon que era inevitable que la Tierra se metiera dentro de la cola del cometa Halley. Hubo mucha conmoción y, efectivamente, la noche del 18 de mayo de 1910 la Tierra se metió en la cola del famoso cometa. Y no pasó nada. La atmósfera y el campo magnético terrestre nos defendieron de esta amenaza y el gas se desintegró.

¿Todos los cometas tienen cianógeno?
Eso es como preguntar si todos los cometas son verdes. La respuesta es que no. El Hale Bopp no era verde. Pero el Halley de 1910 no se miraba verde y traía cianógeno en la cola. Hay otros datos interesantes sobre colores y elementos de un cometa.
El cloro gaseoso, por ejemplo, tiene una tonalidad entre verde y amarillenta, el hidrógeno es más rojizo y el oxígeno es azul. El neón brilla de color rojo, el helio de color amarillo, el dióxido de carbono luce blanco y el vapor de mercurio, azul.
Conclusiones
Algunas atmósferas de cometas brillan en verde. Esto es debido a que el coma (o cabellera) contiene cianógeno y carbono biatómico. Ambas sustancias brillan en color verde cuando son iluminadas por la luz solar. Esto se denomina “resonancia fluorescente”. El cianógeno es uno de los gases que más es estudiado en los cometas del Sistema Solar, puesto que se cree que el CN se produce en el coma de los cometas cuando la luz solar rompe un gas llamado cianuro de hidrógeno (HCN), y este brilla en longitudes de onda azules y casi UV, así como en rojo.