
El Océano Encantado
Ana Giró Petersen
Coordinadora para Guatemala, Iniciativa Arrecifes Saludables
Los corales, formadores de arrecifes enfrentan una nueva crisis debido a la enfermedad de pérdida de tejido de coral (Síndrome Blanco). Esta misteriosa enfermedad, es probablemente la enfermedad de coral más letal que se conoce actualmente y que está afectando a los arrecifes en todo el Caribe.
Fue descrita por primera vez en Florida en el 2014 y se está propagando rápidamente, causando una alta mortalidad en 22 de las 65 especies de corales del Caribe. En el Sistema Arrecifal Mesoamericano el Síndrome Blanco se avistó por primera vez en el Caribe Mexicano en el 2018, la enfermedad se propagó rápidamente a lo largo de 450 km de costa mexicana y luego se avistó en el año 2019 al norte de Belice y, por ahora, los reportes indican que la enfermedad aún continúa al norte de Belice.
50 instituciones están respondiendo al brote de la enfermedad de corales para reducir la propagación, minimizar los factores estresantes causados por los humanos e investigar técnicas innovadoras para rescatar a los corales. Por ahora, Guatemala y Honduras se encuentran en alerta para monitorear el avance de la enfermedad, por si fuera poco, la pandemia del COVID-19, ahora nos enfrentamos a una nueva pandemia devastadora para nuestros arrecifes
La causa de la enfermedad aún no se conoce del todo, aunque se sospecha que es causada por uno o varios patógenos bacterianos. Para salvaguardar nuestros arrecifes es importante minimizar los patógenos y otros contaminantes que llegan al mar por medio de los ríos, las aguas residuales o el lixiviado séptico, todos estos contaminantes aumentan las enfermedades en los arrecifes y, además, atentan contra la salud humana.
Un manejo costero integral es necesario; mejorar la calidad del agua y reducir la contaminación ayudarían a mitigar los impactos de las enfermedades en los arrecifes de coral.