
Conforme la pandemia de Covid-19 se ha desarrollado en Guatemala y el mundo, las autoridades sanitarias han anunciado que las personas que sufren enfermedades cardiovasculares corren mayor riesgo. Cabe destacar que, en Guatemala las enfermedades cardiovasculares son las causantes de al menos 16% de las muertes anuales, de acuerdo con la Organización Panamericana de Salud (OPS).
Toda persona que padezca enfermedades crónicas, especialmente pulmonares, cardiovasculares o cualquiera que presente algún nivel de inmunosupresión (sistema inmune debilitado), está en un riesgo mayor de adquirir la enfermedad, asimismo, experimentar el virus de una forma más severa.
Una persona con un sistema cardiovascular deficiente empeora el pronóstico de 5 a 10 veces, así lo explica la doctora Viviana Navas, cardióloga intervencionista con especialización en insuficiencia cardíaca y trasplante en Cleveland Clinic de Florida, Estados Unidos.
Las recomendaciones que deben seguir los pacientes con cardiopatías para evitar el contagio de COVID-19 son prácticamente las mismas que mencionan las entidades de salud. Sin embargo, las medidas deben ser más estrictas y rigurosas debido a que estas personas cuentan con un sistema de defensa debilitado.

La Dra. Navas hizo un llamado para que estas personas extremen las medidas de higiene y procuren en la medida de lo posible no salir de su casa ya que el aislamiento social y el lavado constante de manos son las principales y más efectivas formas de disminuir la progresión y el contagio masivo del virus.
Actualmente, se continúan generando ataques cardíacos, disecciones, insuficiencia cardíaca y arritmias, para los cuales el tratamiento temprano hace toda la diferencia. Si una persona siente dolor o molestias en el pecho, dificultad para respirar, debilidad o confusión, debe buscar tratamiento inmediatamente, comunicarse con su médico o acudir al centro de salud más cercano.
Finalmente, la cardióloga instó a la población a que se mantenga activa e identifique maneras de realizar actividad física procurando mantener una buena alimentación. Esto aplica para personas que tienen y no tienen enfermedades cardiovasculares. Estos son dos factores clave para generar mejores defensas y evitar adquirir el COVID-19.