Innovaciones como el uso de gases naturales, eficiencia energética y reciclaje responsable están marcando un antes y un después en la industria de la refrigeración doméstica.

Aunque diseñados para enfriar, los refrigeradores convencionales han sido durante décadas cómplices silenciosos del calentamiento global. Hoy, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el panorama comienza a cambiar gracias a la apuesta por tecnologías más limpias, eficientes y comprometidas con la sostenibilidad.

Un solo electrodoméstico puede representar hasta el 50% del consumo eléctrico en un hogar. Por ello, Mabe y otras compañías líderes están incorporando compresores de bajo consumo, mejores sistemas de aislamiento y gases refrigerantes naturales que no dañan la capa de ozono ni contribuyen al calentamiento global.

Además, se promueven programas de economía circular: recolección, reciclaje y disposición responsable de electrodomésticos al final de su vida útil. “El planeta necesita más que discursos. Necesita decisiones conscientes, desde el diseño hasta el descarte”, destacó Andrés Santana, Gerente de Sustentabilidad de Mabe.

Uno de los cambios más significativos en esta ruta verde es la eliminación del HFC-134a en favor del R-600a, un gas natural que reduce en 98% el potencial de calentamiento global y no afecta la capa de ozono. También se cumple con normativas internacionales como RoHS, que limitan el uso de sustancias peligrosas en la manufactura de electrónicos.

La evidencia ya es tangible. Solo en Colombia, programas de recambio han evitado más de 1,700 toneladas de CO₂ al año, al sustituir más de 30,000 refrigeradores antiguos por modelos eficientes.

Mabe recuerda que hasta el electrodoméstico más cotidiano puede convertirse en un aliado para proteger el planeta. Refrigerar sin contaminar ya no es una utopía: es el nuevo estándar.