
Por: Antonio Palma.
Fiorella es una joven de Honduras viviendo en Guatemala. A sus 26 años estudia la carrera de Desarrollo Social en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Apoya acciones sobre la Agenda 2030 en la Oficina de la Coordinación Residente a cargo del mismo Representante del Secretario General de las Naciones Unidas en Guatemala.
Su práctica universitaria ha resultado ser la oportunidad de ampliar su horizonte, conocer a personas distintas y también le ha exigido adaptarse a una dinámica de trabajo en un organismo internacional con altos estándares de profesionalismo.
Desde muy joven ella se sintió atraída en temas vinculados al desarrollo social y los derechos humanos. Participó en diferentes iniciativas en lo académico, e incluso en lo político en su comunidad de Santa Rosa de Copán, Honduras, una provincia fronteriza con Guatemala.
“Siempre pensé que el desarrollo debe ser equitativo. Veía las desigualdades entre lo rural y lo urbano, los hombres y las mujeres, las personas de un pensamiento y otras que pensaban diferente, simplemente no entendía por qué tendrían que ser tratadas de manera diferente” dice la joven mientras suspira recordando experiencias que vivió en su niñez y adolescencia.
“Es difícil romper con las desigualdades” agrega. Por eso ella ha mostrado un interés particular en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 10.
El ODS 10 trata sobre la eliminación de las desigualdades. A ella le llaman la atención dos metas que pretenden “de aquí a 2030, lograr progresivamente y mantener el crecimiento de los ingresos del 40% más pobre de la población a una tasa superior a la media nacional,” y “de aquí al 2030, potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición.”
Sobre esas pretensiones ella se pregunta “¿Cómo se podría alcanzar esas aspiraciones y cómo puedo yo contribuir a ellas?”, algunas de las respuestas ya las ha encontrado en su experiencia en ONU Guatemala.
“No me imaginé que muchas de esas dudas que traía desde niña, las estoy comenzando a resolver en este espacio que se me ha abierto a través de la UNAH, hasta mis docentes se han asombrado de lo que estamos logrando” dice sonriendo.
Ella buscaba incidir más en los problemas socia- les que veía y en los que trabajaba. En el 2017 llegó una pausa y se dedicó a estudiar.
Ese periodo la ha llevado a meditar sobre las rutas para involucrarse más en acciones que cambien actitudes y contribuyan a un mundo mejor. Leer “el camino hacia la dignidad” al que refiere el Secretario General de las Naciones Unidas en su lanzamiento de la Agenda 2030 le hizo ver a otras direcciones. El momento clave fue cuando se enfrenta al requisito de hacer sus prácticas para obtener el grado de técnica en desarrollo rural. Con intenciones de trasladarse a Guatemala buscó en diferentes instancias como involucrarse con una organización que le aceptara y que coincidiera con sus aspiraciones.
“Pensé que no tenía nada que perder con probar. Así que estuve solicitando en varios lados. No podía creer cuando logré una cita a una entrevista en las Naciones Unidas en Guatemala”. Fueron semanas de ansiedad, nervios y temores. Pero llegó el día que recibí la noticia que había sido admitida” expresa Fiorella con una gran sonrisa y un suspiro como si estuviera volviendo a suceder.
“Si pudiera hablar con la Fiorella de 11 años, le diría que no creería lo que va a hacer en 15 años, que es extraordinario lo que llegaría a lograr”
Fiorella María Arita Vega, pasante universitaria de la Oficina del Coordinador Residente (OCR), en el Sistema de Naciones Unidas en Guatemala.
“Una mañana mi supervisor me invitó a escribir una columna de opinión. Sin pensar acepté. Fue emocionante ver mi artículo publicado en el Diario de Centro América. Lo compartí con mis docentes y al momento mis compañeras y compañeros veían lo que estaba logrando con esta pasantía” recuerda Fiorella emocionada con el ejercicio que continuó con otra columna.
“Una pasante guatemalteca me animó a que también presentara un programa de televisión denominado Hoy con la ONU. Ella es estudiante de comunicación y yo no, pensé, pero nueva- mente me animé y el programa también gustó. Toda la temática es por la que yo he trabajado durante los últimos años. Esta es mi oportunidad para trabajar en el desarrollo sostenible” dijo convencida mientras aplica a un curso que la OCR abrirá para explicar cómo colaborar con la ONU tanto a nivel de voluntariado, consultoría, contrato de servicios o personal de la ONU.
Su próximo paso será aplicar a alguna vacante. “Aquí me siento valorada e incluida. Espero tener la oportunidad de dedicarme a esto” afirma.
Uno de los aspectos que Fiorella destaca de su pasantía es que ha trabajado en una oficina donde se ha sentido plenamente incorporada y ha visto como se incluye a otras, principalmente a personas con discapacidad, aspecto que fue significativo y que espera seguir compartiendo en lugares así en el futuro.
Según la Comisión Económica para América (CEPAL) en nuestra región hay alrededor de 160 millones de personas jóvenes, dato que demuestra la importancia de que las y los jóvenes se involucren en el desarrollo sostenible, así como lo hace Fiorella Arita, pasante universitaria de la OCR en Guatemala.

El programa de prácticas universitarias contribuye a la Agenda 2030.
En el sitio Web http://www.guatemala.un.org podrá encontrar otras formas de contribuir con los ODS.