
Conscientes del impacto devastador que podría tener el Fusarium Raza 4 Tropical (Foc TR4) en la economía agrícola de la región, el Gobierno de la República de China-Taiwán entregó un nuevo aporte financiero de 68 mil dólares para fortalecer la prevención y control de esta enfermedad en Guatemala y Belice.
El apoyo forma parte del proyecto regional que lidera el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), en coordinación con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).
Este es el cuarto desembolso que realiza Taiwán en el marco de su compromiso con la sanidad agropecuaria de la región. La embajadora Vivia Chang entregó los fondos al director ejecutivo de OIRSA, Raúl Rodas, y a la representante en Guatemala, Rosario Gómez.

En el acto también participó como testigo de honor la viceministra de Sanidad Agropecuaria y Regulaciones del MAGA, Mayra Motta, quien subrayó la relevancia de este respaldo internacional: “Sabemos que en cualquier momento el Fusarium podría ingresar al país, pero el apoyo que ustedes, Taiwán, han dado a este proyecto realmente nos da un aliciente y una esperanza”.
El Foc TR4 es una variante agresiva del hongo Fusarium oxysporum f. sp. cubense que ataca a las musáceas (banano y plátano), causando la marchitez de las plantas hasta llevarlas a su muerte.
Su resistencia a los tratamientos y su permanencia en el suelo durante décadas lo convierten en una amenaza de largo plazo para la agricultura tropical.
La situación es especialmente crítica para Guatemala, el tercer exportador mundial de banano con más de 74 mil hectáreas cultivadas y exportaciones anuales de 1,060 millones de dólares.
Esta cifra representa el 10% del total de exportaciones agrícolas del país, lo que evidencia el riesgo económico que implicaría la propagación del hongo en el territorio.
El proyecto apoyado por Taiwán busca fortalecer las capacidades técnicas locales, establecer controles fitosanitarios rigurosos y evitar la entrada de la enfermedad al país.
Esta cooperación internacional es clave para resguardar la sostenibilidad del sector bananero y garantizar la seguridad alimentaria y económica de miles de familias que dependen de este cultivo en la región.