El programa educativo y de ciencia ciudadana de Semillas del Océano promueve la conciencia ambiental, para conectar a la niñez y juventud con los ecosistemas, a través de juegos y visitas de campo, porque el ecosistema manglar depende de playas saludables y limpias.
Con el nombre “Acercando a los niños a los manglares”, la organización realiza cursos de vacaciones. En el 2020 se llevó a cabo en la comunidad de Rama Blanca, Sipacate, Escuintla, con la participaciónón de niños entre 7 y 13 años.
Hazel Araujo, Coordinadora del Departamento de Educación Marino Costera, cuenta que llevaba una cámara profesional y desde el primer día los niños pidieron usarla, ella los dejó y les enseñó cómo hacerlo, en los tiempos libres se tomaban fotos entre ellos, así como a los manglares y las aves y de la basura en las playas. Los participantes aprenden a conectarse con la naturaleza y promover su conservación.
El ecosistema manglar está distribuido en la costa del Pacífico y el Atlántico, de acuerdo con el Instituto Nacional de Bosques (INAB), tiene una cobertura de 25,089 hectáreas. Actualmente se encuentra en riesgo debido a diversas amenazas, como el cambio de uso de suelo, la tala ilegal, la alteración de los flujos de agua, la contaminación, eutrofización, incendios, entre muchos otros.

El manglar es un sitio de mucha “biodiversidad”, entre esta: aves residentes y migratorias, invertebrados terrestres como los insectos acuáticos, crustáceos (cangrejos y camarones), algunas especies de moluscos (caracoles, mejillones, almejas, jaibas), anfibios, reptiles, entre otros. Asimismo, en el manglar se reproducen y habitan algunas especies como las mojarras, róbalos, machorras y bagres.
El bosque manglar es un ecosistema que tiene muchos beneficios para el medio natural y para los seres humanos; es un sitio de crianza, que alberta muchas especies en estados tempranos de su vida, genera oxígeno y captura dióxiso de carbono, funciona como un filtro natural del agua que va de los ríos, antes de llegar a los mares, es una barrera natural que protege las playas de inundaciones.
Todos estamos conectados de una u otra manera y cada una de nuestras acciones suman, para sembrar la semilla de la conservación para un futuro más sostenible.
Génesis Mérida, directora de Semillas del Océano
También es un sitio natural recreativo, por ejemplo en el Canal de Chiquimulilla o la Poza del Nance en Sipacate, se llevan a cabo tours por el manglar, en lancha, donde se puede realizar avistamiento de aves y otras especies que habita en este ecosistema.
La pérdida de este ecosistema significa perder una barrera natural que protege las costas, que da oxígeno y garantiza los medios de vida de miles de personas que viven en las costas y que dependen de estos, además, del peligro del ciclo de vida de muchas especias que dependen directa e indirectamente del manglar como las aves costeras, tortugas marinas, peces y crustáceos de importancia ecológica y comercial.
Semillas del Océano invita a todos a proteger los manglares y apoyar e implementar acciones que ayuden a garantizar la conservación de estos, cuando esté en la costa apoye la reforestación de los manglares, realice donativos a instituciones locales que promueven su conservación, realice limpieza en el área a donde llegue, visite este ecosistema a traves de servicios turísticos locales y sostenibles.
