Por Eleonora Poitevín, Paseo Cósmico
En los años 80´s la noticia del agujero en la capa de ozono fue el descubrimiento que se convirtió en uno de los mayores problemas y amenazas ambientales de aquellos tiempos. Y realmente en poco tiempo la humanidad logró ponerse de acuerdo para solucionarlo, realizando medidas de producción más limpia para frenar el aumento del agujero.
La pérdida de esta capa alta -estratosférica- de la atmósfera formada por moléculas de tres átomos de oxígeno está relacionada con el aumento de casos de cáncer de piel, ya que actúa como filtro para los dañinos rayos ultravioleta que provienen del Sol.
Y el principal causante del avance de este gran agujero sobre la Antártida era el cloro presente en esas capas altas de la atmósfera procedente de unas moléculas llamadas clorofluorocarbonos (CFC) emitidas en aquella época por los aerosoles, los sistemas de refrigeración o los productos de limpieza en seco, dichos productos se modificaron para frenar la contaminación y el aumento de tamaño del agujero.
Por ese motivo, en 1987 prácticamente todos los países del mundo firmaron el Protocolo de Montreal (Canadá) un protocolo para eliminar de forma conjunta el uso de CFC con el único objetivo de recuperar la capa de ozono.
Hoy después de 30 años aquel esfuerzo mundial ha dado sus frutos. La capa de ozono se está recuperando y el enorme agujero sobre la Antártida se ha reducido de tamaño.
El ozono se destruye por la presencia de cloro en las capas altas de la atmósfera, pero también es sensible a la luz solar y a la temperatura. La combinación de cloro, insolación y baja temperatura crea las nubes polares estratosféricas en las que se produce la química del cloro, así que es letal para la capa de ozono. Por ese motivo, la época de mayor destrucción comienza en el mes de agosto, cuando la Antártida comienza a salir de su oscuro invierno austral, y el agujero alcanza su tamaño máximo para octubre.
La ciencia ayudó a mostrar el camino, los países y la industria estuvieron increíblemente dispuestos a acabar con estas moléculas y ahora estamos comprobando con nuestros propios ojos que el planeta se comienza a recuperar.